viernes, 3 de mayo de 2013

Comunicación


Quisiera decirte tantas cosas.
Buenas, malas, ilógicas e irracionales.
Quisiera hablarte con mis ojos, con mis manos, con la sonrisa, con mi caminar.
A gritos y a susurros.
Quisiera hablarte en braile, o con el idioma de un sordo-mudo.
Amarte, herirte, salvarte.
Quisiera compenetrarme más contigo.
Quisiera hablarte con gemidos, música o respiraciones.
 En clave morse quizá.
Con señales de humo quizá.
Escribirte una carta quizá.
Quisiera hablarte de gatos, jugo de manzana y amor.
Mugirte, ladrarte, maullarte.
Quisiera hablarte por telepatía, con mensajes subliminales o entre sueños.
Quisiera hablarte cantinfleando o tal vez en alemán.
Inventarte un idioma que a veces ni yo lograra entender.
Quisiera producirte sensaciones con mis palabras afrodisíacas.
Si, quisiera tanto, decirte tanto.
Pero más quisiera que entendieras el peso de ese lenguaje.
Quisiera que habláramos el mismo idioma. 

Aura Diez 

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