lunes, 27 de mayo de 2013

Galaxia



Debería dejar de pensar en tus besos.
Pero todo esto tan confuso que le llaman amor no me deja.
El día de nuestro apocalipsis inició con la libertad para vernos.
En la cama jugamos a lamernos el alma,
y a hacernos cosquillas en las preocupaciones.
Yo besé cada uno de los lunares de tu espalda.
Te dije te amo, me dijiste te amo, y todo fue muy real.
Hicimos poemas y canciones de amor con nuestros cuerpos.
Con nuestra anatomía natural.
Todo aparentaba ser algo cotidiano.
Pero nos extraviamos en las condiciones 
que nos pone la vida para sobrevivir.
Y esta pared pintada de melancolía se puso un disfraz,
y nos hizo creer que era un juego.
Pero no lo era.
Eran realmente las trampas del destino
que nos llevaba a nuestra ejecución.
Nos fusilaron.
Nos tiramos una bala en la nuca.
Nos enterramos un puñal por la espalda.
Desangramos promesas.
Nos consumimos.
Y casi al final de la noche, nos volvimos galaxia.
Me fui.
Pero al día siguiente, ya estaba de vuelta con una cerveza para ti.

Aura Diez 

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