sábado, 17 de noviembre de 2012

NATURALEZA MUERTA



¿Dónde estás Aida, ahora que me siento tan débil?
¿Dónde estás Cassandra, ahora que me siento tan sola?
¿Dónde están mis ángeles terrenales?
¿Dónde mis demonios disfrazados de pubertas?
Yo tan frágil como el vuelo de una polilla.
Yo tan invisible como una sombra en la oscuridad.
Pero ¿dónde?
¿Dónde hoy? ¿Dónde mañana? ¿Dónde en cien años?
Me escurro entre los barrotes de esta ventana que me saben a prisión.
Me escurro como el hongo que la humedad causa en las casas deshabitadas.
¿Qué le ha pasado a mi cuerpo?
¿Porque me desconozco tanto?
Antes eramos nubes que se perdían en la inmensidad del cielo a medio día.
Antes.
Eramos muchas cosas, bien lo recuerdo.
Eramos lo que quisiéramos ser y aveces más.
Hoy, de golpe vi que ya no somos ni brisa de mar.
Esta mancha roja en mi pecho es mi alegría desangrada.
¿Dónde está la energía convertida en amigo imaginario?
Porque tú y todos los demás se han convertido
en porros y cigarros y ya me los he fumado.
Recuerdo que dejé olvidado el día más feliz de mi vida en las colinas de Cofradía.
Recuerdo que todo se ha reducido a un intento de fotografía.
¿Dónde están ustedes, mujercitas atolondradas y estúpidas?
¿Aún vagan por ahí emocionadas y con el alma desnuda?
¿Y yo que? ¿Se han olvidado ya de mi?

Aura Díez

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