"Tienes quince minutos..."
Y ahora si empieza el show.
En estos posibles últimos quince minutos,
quisiera poder hacerlos míos y guardarlos
para esa ocasión en la que los necesite.
Quisiera mantenerlos escondidos
en una cajita pequeña,
de esas a las que nadie presta atención.
Habrá un día, lo sé,
en el que me falten estos quince minutos.
Habrá un día que vendrá sin previo aviso
y me aullará en el oído hasta lastimarme el tímpano.
Y ahogada en ese aullido,
vendrá la necesidad de unos quince minutos.
O diez, y podré conservar los otros cinco.
Quince minutos de inspiración.
Quince minutos de espera.
Quince minutos de paciencia.
Quince minutos de anticipación.
Los últimos quince minutos de vida tal vez.
Quince últimos latidos de este corazón taquicardico
que se me sale a cada parpadeo,
que se acelera más al pensar en tan famosos quince minutos.
-Aura, ya levántate hija, vas a llegar tarde.
-No mamá... quince minutitos más.
Abrí la caja, y esos quince minutos se me fueron volando.
Aura Díez
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