miércoles, 12 de septiembre de 2012

HASTA EL AMANECER

Y tu estás ahí, y yo solo no puedo creerlo.
Me pregunto.. eres tú? O es todo el alcohol que eh tomado esta noche.
Yo escuché que todos decía tener frío, pero.. yo no, yo estaba cálida por dentro, y tú.. tú estabas ahí.
Nuestros suspiros entrecortados danzaban y aveces se hacían uno mismo.
Y aveces tambien, nos perdíamos en esa inmensidad de confusiones y una que otra alusinación.
Quiero que sepas que yo no vine hasta aquí para retenernos.
Yo vine hasta aquí y caminé seis kilómetros y decidí venir a verte y meterme entre las corbas de tus piernas y ese huequito que se te hace entre la panza y el pecho.
Estabamos ya bajo una situación de gente malintensionada, pero aún así nuestras intensiones cabían dentro de lo bueno, dentro de lo puro incluso.
Te quedaste en mí como una ronchita. Ahí, en mi cuello. Junto con otras ronchitas que en realidad no eran ronchitas; era pura sangre cuagulada, pura pasión que se estancó en mi garganta como el sonido de un orgasmo esperando a salir.
Yo no quería nada, solo a tí; ahí.
Y así fue, y ahí estuviste, y ahí estuve yo tambien consumiendome rápido y algunas veces lento como el cigarro que tienes encendido en tu boca. Apareciendo y desapareciendo como un pujidito risueño.
Y ahí estuviste tú.. hasta el amanecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario